jueves, 18 de octubre de 2012

Mito de las edades del hombre

En la mitología griega no existen mitos sobre la creación del género humano, aunque sí de la primera mujer. Se da por sentado que el hombre existía y se cuenta que el género, en sus inicios, vivía en una situación de privilegio en dónde dioses y hombres eran casi semejantes y en ocasiones compartían incluso la mesa. Esta idea se suele denominar “Edad de Oro” porque en ella los hombres viven como dioses, no tienen que trabajar porque los árboles dan sus frutos, no conocen la vejez y mueren como si estuvieran durmiendo plácidamente. Junto a esta idea aparece otra paralelamente que cuenta que a unos pocos hombres selectos, que coinciden con los héroes, los dioses les conceden ir a ese lugar de privilegio, llamada Elisio, Campos Elísios o Islas de los Bienaventurados. Esto nos lleva a la conclusión de que la concepción del paraíso como un lugar de felicidad al que irán los mortales después de morir si han tenido una vida justa, es una idea que va desarrollándose poco a poco en la filosofía platónica pero que en los mitos no aparece nunca.
Estas dos ideas aparecen por separado en el “Mito de las Edades” de Hesíodo. Este mito tiene sus más antiguos antecedentes en la mitología india y persa, en las que al menos en el 2000 a. C. se conoce el “Mito de las Cuatro Razas”. Hesíodo conocía este mito y lo adapta a sus ideas hasta tal punto que él consigue que haya cinco razas. Las cuatro originales son: la Edad de Oro, la de Plata, la de Bronce y la del Hierro, es decir, utilizan los metales para explicar lo más parecido a la divinidad (la de Oro) y la sociedad en que vivimos en la actualidad (la del Hierro), por lo que se trata de una constante degradación.
Hesíodo introduce antes del Hierro la Raza de los Héroes, que no tiene nada que ver con el Hierro y ha precedido siempre al hombre como especie. Este cambio lo realiza para contarnos el por qué de la pérdida del paraíso y para darnos cuatro modelos de conducta humana con una descripción. Los modelos se van a referir, bien a la actitud con los dioses, bien a la conducta de los hombres entre ellos.

Mito de las Edades de Hesíodo

Al comienzo de este mito se da a entender que los hombres existieron a la vez que los dioses. El paraíso tiene tres características:
  • en él, el hombre no tiene que trabajar;
  • en él, desaparece la vejez;
  • en él, la muerte es inevitable pero se vive de una forma relajada y tranquila.
El paraíso también se puede caracterizar por la estrecha y buena relación con los dioses. La raza que gozaría de estos privilegios es la de Oro, una raza que ofrece sacrificios y rinde culto a los dioses y por tanto goza de su favor.
A continuación viene la Edad de Plata, que se opone a la de Oro en la relación con la divinidad. Están descritos como ignorantes porque no ofrecían sacrificios ni rendían culto como mandaba la tradición, y por ello Zeus los expulsa de la Tierra.
Después, Zeus crea la tercera raza, la de Bronce, que no se asemeja en nada a la de Plata. Estos hombres son guerreros única y exclusivamente; en la guerra actúan con violencia implacable y se matan unos a otros porque lo único que les interesa es la guerra.
La Tierra sepultó también esta estirpe, y Zeus creó la raza de los Héroes. Éstos se pueden dividir en dos tipos: los que su destino es la muerte en la guerra y la gloria eterna, y los que tienen por destino la residencia fija en las islas de los Afortunados con una vida feliz semejante a la del paraíso. A pesar de ellos, todos tienen la característica de ser guerreros pero por una casusa justificada (las guerras míticas). Emplean la violencia para justificar su causa porque la guerra siempre ha formado parte de las ciudades antiguas.
Hasta aquí, Hesíodo ha explicado las tres razas tomadas de la mitología india y la persa y ha añadido la de los Héroes. Se trata de un ‘quiasmo’: hay dos razas positivas (la de Oro y la de los Héroes) y dos negativas (la de Plata y la de Bronce), ilustrando las primeras la conducta humana en relación a los dioses, y las segundas la actitud en la guerra. En el mismo plano tenemos la oposición entre la Edad de Oro y la de Plata, dos conductas contrarias en relación a los dioses; y en el mismo plano también pero más bajo la oposición entre la raza de Bronce y la de los Héroes, dos actitudes contrarias en la guerra.
Por último encontramos la Edad de Hierro, que dividimos en dos etapas:
  • La humanidad y la sociedad en la que vive Hesíodo y en la que vivimos todos, es decir, el presente, donde hay trabajos, miserias, inquietudes, preocupaciones, etc., pero que también se mezcla con la alegría.
  • La futura sociedad imaginada de una forma muy pesimista: adulterios, las leyes de la hospitalidad que antes eran sagradas ya no se respetan, saqueo de ciudades, violencia, desprecio por los ancianos, etc., es decir, Aidos (la vergüenza, la modestia, la humildad) y Némesis (la venganza) abandonarán la humanidad para irse al mundo de los dioses y el mal ya no tendrá remedio, la sociedad estará perdida para siempre.
Estas dos etapas se compensan entre sí, ya que el remedio para la segunda sería respetar lo establecido. Esta Edad de Hierro no entra en oposición con ninguna de las anteriores porque es una edad aparte.

Mito de las Edades de Ovidio

Para Ovidio sólo hay cuatro edades. Describre la de Oro de la misma manera que Hesíodo y añade que la humanidad tiene un comportamiento tan perfecto que no necesita palabras de autoridad ni leyes. Ésta es una descripción del paraíso perfecta en comparación con la de Hesíodo.
En la de Plata se crean las estaciones y no es una etapa tan buena como la anterior, pero tampoco la peor de todas, en la que además por primera vez hay que arar y trabajar la tierra.
La Edad de Bronce Ovidio la suprime diciendo que es muy cruel y que tiende a las armas.
La Edad del Hierro se caracteriza por la pasión de poseer, el ansia de tener cosas, en la que aparecen toda clase de perversidades y huyen la honradez, la verdad, la buena fe, etc. Por primera vez la tierra se explota en su totalidad, es decir, se extraen los minerales, y describe igual que Hesíodo que las leyes tradicionales de hospitalidad y respeto ya no se tienen en cuenta para nada.
Ovidio se limita a hacer una comparación de la sociedad actual con la que vivió en la Edad de Oro, no hay modelos de conducta y además al suprimir la Edad de los Héroes vuelve al cuento mitológico oriental original. Simplemente nos explica la degradación de la humanidad desde sus inicios dorados hasta el presente del Hierro. Es una descripción utópica de lo que una vez fuimos, y la moraleja es que cualquier tiempo pasado fue mejor. Quizá esta obra represente la nostalgia por el pasado.
Hasta aquí la pérdida de ese paraíso inicial y las etapas por las que la humanidad ha ido pasando a lo largo del tiempo. Sin embargo, de momento nada se nos dice acerca del por qué la Edad de Oro deja de existir y se van sucediendo las distintas edades posteriores… Eso lo contaremos en las siguientes entradas, que tratarán sobre el mito de Prometeo y las distintas versiones que hay sobre él

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